Con imaginación se va a todas partes. Tanto, que para hasta ganarse la vida a costa de los demás se puede usar, la imaginación digo y salir a flote, o no, que eso ya va a depender de otros factores.
La noticia es que una banda de ladrones, gitanos rumanos por más señas, han decidido operar por estas tierras a partir de añadir pensamiento profundo a la profesión. Atacan las viviendas decididas de antemano y después de un profundo estudio de sus moradores. Entran en la casa por donde suelen entrar los ladrones, hacen como que atacan a los propietarios de la casa o chalet, a los que provocan hasta que estos responden y les pegan. Una vez lograda la supuesta agresión de los dueños dan media vuelta, acuden directamente al juzgado de guardia, denuncia a los propietarios de la vivienda que supuestamente querían desvalijar pero de la que no se habían llevado nada y piden una indemnización que deberán pagar los dueños de la vivienda por haberse tomado la justicia por su mano. ¡eh o no eh! Después el señor juez decidirá lo que sea, pero han presentado hematomas y algún que otro corte, producido por el que no ha hecho sino defenderse del falso inquilino. Imaginación. Pero tiene peligro. Mucho peligro.
Porque no hace tanto, el yerno de los propietarios de un chalet, en una de las urbanizaciones cercanas a Valencia, ante la entrada ilegal de unos supuestos ladrones, tiró de pistola y dejó fritos a dos de los asaltantes. La cosa llegó a los tribunales que al final fallaron a favor del que había dado matarile a los chorizos, pero no hubo quien devolviera la vida a los asaltantes. Y reflexión final: entrar a robar en casa ajena está feo, además de estar feo está penado, además de estar penado es pecado, y además de todo eso es también muy peligroso porque puedes encontrarte con que el dueño esté armado y te mate.
La noticia es que una banda de ladrones, gitanos rumanos por más señas, han decidido operar por estas tierras a partir de añadir pensamiento profundo a la profesión. Atacan las viviendas decididas de antemano y después de un profundo estudio de sus moradores. Entran en la casa por donde suelen entrar los ladrones, hacen como que atacan a los propietarios de la casa o chalet, a los que provocan hasta que estos responden y les pegan. Una vez lograda la supuesta agresión de los dueños dan media vuelta, acuden directamente al juzgado de guardia, denuncia a los propietarios de la vivienda que supuestamente querían desvalijar pero de la que no se habían llevado nada y piden una indemnización que deberán pagar los dueños de la vivienda por haberse tomado la justicia por su mano. ¡eh o no eh! Después el señor juez decidirá lo que sea, pero han presentado hematomas y algún que otro corte, producido por el que no ha hecho sino defenderse del falso inquilino. Imaginación. Pero tiene peligro. Mucho peligro.
Porque no hace tanto, el yerno de los propietarios de un chalet, en una de las urbanizaciones cercanas a Valencia, ante la entrada ilegal de unos supuestos ladrones, tiró de pistola y dejó fritos a dos de los asaltantes. La cosa llegó a los tribunales que al final fallaron a favor del que había dado matarile a los chorizos, pero no hubo quien devolviera la vida a los asaltantes. Y reflexión final: entrar a robar en casa ajena está feo, además de estar feo está penado, además de estar penado es pecado, y además de todo eso es también muy peligroso porque puedes encontrarte con que el dueño esté armado y te mate.
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