lunes, 24 de marzo de 2014

LA MEZQUITA DE LOS OMEYA DE DAMASCO

Este año las clases del profesor Amador Antón en la Uned Senior se engloban bajo el título de “Filosofía de las religiones”. Al exponer las líneas generales del programa sugirió que en cada clase un alumno podría comentar brevemente una obra artística de carácter religioso. Respondiendo a esta invitación, el pasado 3 de marzo hablé de la mezquita de los Omeyas de Damasco.

Dado el tema de la asignatura creo que esta mezquita de la capital de Siria tiene un interés especial. Es el cuarto lugar más sagrado del Islam, tras La Meca, Medina y Jerusalén y en el lugar que ocupa hubo en su tiempo un templo arameo. Sobre él se construyó uno romano dedicado a Júpiter y aprovechando partes de éste se edificó posteriormente una catedral bizantina dedicada a San Juan Bautista. 
Cuando Damasco fue conquistada por los musulmanes a mediados del siglo VII, el templo se dividió en dos. Los cristianos rezaban en la parte oriental y los musulmanes –separados por un muro-, en la occidental. Esta situación se prolongó durante setenta años hasta que el califa compró la parte cristiana ampliando el edificio que se convirtió en una de las mayores mezquitas de todo el Islam. En él se integró una capilla que según la leyenda contiene la cabeza de San Juan Bautista, considerado como profeta tanto por el cristianismo como por el Islam.
La mezquita tiene cuatro puertas, una cúpula y tres minaretes. El más alto de ellos es conocido como el de Jesús. Según la tradición musulmana, Jesús –considerado un profeta en el Islam-, volverá el día de Juicio Final, se subirá a ese minarete y pronunciara la frase: “Alá es el único Dios y Mahoma es su profeta”.
En su interior se conservaron muchas columnas del templo romano. Dispone una espaciosa sala de oraciones con grandes arcadas, dos alas laterales y un gran patio interior de mármol con tres pequeños pabellones: el del Tesoro, el de los Relojes y el Fuentes. La mezquita está decorada con mosaicos realizados por maestros bizantinos. Especialmente notables son los que representan el Eden.
 En una de las salas adyacentes se encuentra el sepulcro con la cabeza de Huséin -el nieto de Mahoma- y junto a la mezquita está el mausoleo del sultán Saladino.
En 2001 estuvo en ella Juan Pablo II, siendo el primer Papa que visitaba una mezquita.
 

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