El escritor Jordi Soler publicó el pasado noviembre en “El
País”, un artículo cuyo contenido puede resultarnos de interés a las los
alumnos de la Uned Senior.
En uno de sus
párrafos el autor habla de la escena que contempló al entrar en una tienda de
productos informáticos: “... en un improvisado salón, que se extendía entre
las mesas que exhibían ordenadores y tabletas, dos docenas de viejos atendían
las perlas informáticas que soltaba, con gran desparpajo, un joven que debía
tener la misma edad que los nietos de los viejos que lo escuchaban, que
intentaban aprender los rudimentos de los ordenadores, cosas simples como
enviar mails o husmear en Google o apuntarse a una
red social. Hasta hace muy poco era el joven el que tenía que esforzarse para
estar a la altura de la sabiduría del viejo, y hoy ocurre precisamente lo
contrario, los viejos tienen que esforzarse para estar a la altura de los
jóvenes, se acercan con un temor reverencial, casi religioso, a ordenadores y
tabletas mientras que los más jóvenes, incluso los niños, bucean con gran
destreza y mucho descaro en las profundidades de la Red. Estamos pues ante un
clásico salto generacional, pero este es de proporciones insondables y de una
magnitud todavía desconocida.
De manera casi
insensible, el mundo se ha reorientado y hoy la sabiduría de los viejos, ese
referente del que se había echado mano desde el principio de los tiempos, ha
sido sustituida por Google, la herramienta con la que puede accederse a toda la
información. ¿En qué momento cambió todo de manera tan radical? El sabio de la
tribu ha sido reemplazado por el joven técnico que conoce las claves para
acceder a la información, para transmitirla, multiplicarla y manipularla; el
viejo sabio habla desde su experiencia, desde su memoria que ha cultivado
durante muchas décadas, mientras que al joven técnico le basta con tener wifi
al alcance para conectarse a Internet.
Hoy manda quien
tiene más información y la gente de cierta edad se ha quedado al margen, el
periódico de papel, el correo de sobre y sello y el telediario de las nueve se
han hecho súbitamente viejos, la información corre por otros cauces,
precisamente por esos aparatos que ellos no saben manejar.
La gran paradoja
de esta época en la que manda la juventud es que las personas viven cada vez
más años, es decir, son viejos durante mucho más tiempo que sus antepasados
pero, a diferencia de aquellos, ya no son los sabios que reconoce la tribu,
sino un esforzado grupo que trata de estar a la altura de ese canon que marca
la juventud.”
Jordi Soler
reflexiona sobre el poder de jóvenes técnicos que con su habilidad para husmear
en archivos electrónicos se convierten en los dueños de la información y en los
nuevos líderes de la tribu. Como conclusión de su articulo escribe: “El vacío
que han dejado los políticos de Occidente, cada vez más distraídos por los
intereses del Capital, está siendo ocupado por los jóvenes técnicos; se trata
de un asunto de equilibrio, hace falta el contrapeso de los viejos sabios de la
tribu ” .
No como sabio,
pero sí como viejo, me permito añadir como punto final de este comentario la
importancia de no quedarnos al margen de los nuevos medios tecnológicos. Por
eso creo que la informática debe seguir ocupando un lugar entre las materias a
impartir en la Uned Senior.
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