lunes, 17 de febrero de 2014

Carta a Pascual


Hola Pascual:

Seguro que donde estés te sorprenderá que te escriba, pero así somos las personas; cuando estamos juntas a veces ni nos miramos y después en la distancia somos capaces de contarnos las mayores intimidades.

Pues esto me ha pasado a mí. Me acuerdo del primer día que te vi en clase, tú ya eras sénior en ella, pero me caíste mal. Me pareciste prepotente y me dio la sensación de que querías mandar y sin más decidí que no me gustabas y me empeñe en mantener una distancia contigo, por el contrario   tú -porque debiste intuirlo- pretendías  una aproximación.

Un día tras otro, horas compartiendo clases y alguna que otra comida, empecé a darme cuenta que eras un tipo legal. Te cuidabas de todo y de todos y mira que cuando tenías que pasar lista de asistencia te lo poníamos difícil, pero tú eras fiel a lo que te habían encargado, hasta que un buen día dijiste que ya no pasabas más lista y que éramos mayorcitos. Desde ese momento  me caíste muy bien y descubrí que eras simpático- hasta algún que otro chiste contabas- amable, servicial, nada que ver con el Pascual que yo me había empeñado en crear.  Así hasta que en los últimos tiempos cada día que entraba a clase, buscaba al larguirucho con el pelo blanco, al que ya había cogido cariño, para decirle cualquier tontería.

-Pascual no está, no se encuentra bien

-Pascual parece que está mejor

-Pascual dice que vendrá a la comida de Navidad.

-Pascual ha recaído

Y así todos los días de este curso hasta que hace 8 días:

-Pascual esta mejor va a venir a vernos.

Y Pascual vino acompañado de su hijo, a despedirse de sus compañeros. Nos dijiste que te lo habías pasado muy bien en clase, que estabas feliz porque este año éramos muchos, que te gustaría volver -esto con poca convicción- que aprovecháramos las clases y que disfrutáramos de ellas. En ese momento destilabas cariño y simpatía y sentí la necesidad de darte un abrazo, no lo hice y bien que me arrepiento,  por el contrario tú nos dejaste un fuerte abrazo a todos y con él la angustia de que no te volveríamos a ver.
 Esa fue tu  despedida, tu última sonrisa, tus últimas palabras. Esa noche te dejaste llevar a donde quiera que ahora estés.

-Pascual ya se ha ido.

Hoy no estaba  pascual. Te hemos dedicado un gran aplauso, con el todo el cariño, respeto, y admiración de tus compañeros de la Uned Senior.

3 comentarios:

  1. ¡Qué noticia más triste! No sabía nada de nada, y lamento mucho su pérdida.
    Fue un hombre entregado por los senior, que cogió la ingrata labor de abanderar un grupo y que siempre tiró de él.
    Hola Pilar:
    Agradezco tu carta, me has hecho llorar de tristeza a la vez que sonreía por tu sinceridad.
    Siempre he pensado que las personas con buen fondo, como Pascual y como tú al final llegan a entenderse.
    Gracias por la entrada.

    ResponderEliminar
  2. Pilar creo que has captado lo que sentimos los compañeros de Pascual tras su pérdida. Espero que su familia tenga noticia de tus palabras. En un momento tan triste, conforta saber que alguien que ya no está es recordado con cariño.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Pilar por las palabras. Mi abuelo estaría muy agradecido. Era un hombre especial que se hacía querer, por ello, no dejaremos de quererlo nunca.
    Gracias de nuevo.

    ResponderEliminar