Comisionado por el Guindo estuve ayer visitando la recepción, con programa en directo incluido de que dispone la cadena COPE , haciéndose así presente en las fiestas magdaleneras, con Josep Lázaro el director y Raúl Puchol, la voz de a mañana, además del resto de periodistas y colegas desplazados para hacer la estancia lo más agradable posible a los invitados en el Hotel Mindoro, que cede parte de sus instalaciones para que la COPE devuelva un poco de lo recibido a la sociedad de la que participa. Puchol o Guillem de Mont-rodón, que no sé muy bien como hay que llamarle estos días está pletórico, atendiendo al micrófono y a los que lo usan, para felicitarles, interrogarles, hacerles pasar un buen rato con unas risas que el estado natural de Castelló estos días, la fiesta, agradece.
Puchol luce brusa negra i pantaló rallat, que no es sino el traje dominguero de quienes fueron nuestros antepasados y no hace falta ir más allá de la mitad del medio siglo anterior para verles vivir por las calles de las ciudades y pueblos de este lugar. Puchol, ya lo saben es una humanidad en sí mismo lo que ayuda a que la indumentaria destaque allá por donde pasa el señor de las ondas de esta provincia. Difícil acompañarle paseando la ciudad, requerido como es aquí y allá por gentes que le conocen y parece incluso como si además le quisieran. Raúl Puchol, que es un crack de la comunicación y el buen rotllo, se afana por ponerlo de manifiesto cuando el tiempo lo exige y ya se sabe que la Magdalena es festa plena.
Pasan por allí, políticos y empresarios, amigos y alguno que no lo es pero disimula, personalidades festeras con la reina y damas, además de na Vilolant, que este año tiene a Guillem de Mont-rodón como anfitrión lo que no es menuda cosa. Terminado el programa va la mascletá y allí es Troya.
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