El Ayuntamiento de Borriana ha instalado cuatro cámaras para vigilar los asaltos al cementerio. La reacción se produce ante los saqueos en forma de apropiación indebida de ramos de flores y marcos de plata. Qué cosa tan triste tener que mangar una flores, generalmente de plástico, para poder así rendir una oración floral, un homenaje sentido, un recuerdo de afecto paternofilial, cuando no la permanencia de un amor roto en flor y nunca mejor dicho. Porque díganme si no, donde puede ir a parar un ramo de flores ofrecido al recuerdo de un difunto, sino a cumplir la misma función en otro que también haya emprendido el viaje de esta vida a la otra. ¿O es que alguien necesita felicitarle el cumpleaños a su esposa todavía vivita y coleando con un ramo de flores – que menos – pero no dispone de dinero y ha recordado que en el cementerio los hay en abundancia con lo que a cambio de un poco de caradura puede elegir entre miles el obsequio que más le guste? Hay gente "pa to.." que decía el sabio.
Lo de trincar los marcos de plata ya es más complicado. Primero porque marcos que parecen de plata en el cementerio hay muchos, pero marcos que sean realmente de plata muy pocos, que los tiene uno muy vistos. Y no porque puedan ser caros, que lo son, sino porque del mismo modo que los ramos suelen ser de plástico, con los marcos ocurre más o menos lo mismo, que ahora la industria hace maravillas. Sobre todo la industria del "pego" dijo de las producciones que suelen ocuparse de distribuir los manteros que, por si no lo sabían ya no son considerados ejecutivos de venta ilegal, una vez que una sentencia judicial ha concluido que quien le compra un bolso de Vuiton a un negro en la calle sabe perfectamente que aquello es una imitación, si más no, por el precio irrisorio de la ganga. Como noviembre está ahí, hoy, tocaba esto.
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